Los papilomas o verrugas plantares son más frecuentes de lo que pensamos. En COPOMUR os contamos qué son los papilomas ¡Sigue leyendo!
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Papilomas: Qué son, causas y tratamiento
Las verrugas plantares son una infección vírica, a menudo se confunden con callos, sin embargo debemos saber cómo diferenciarlo. La principal diferencia es que el papiloma es producido por el virus del papiloma humano (VHP) y los callos son producidos por un engrosamiento de la piel.
Esta infección vírica se aloja en las dos primeras capas de la piel, la dermis y epidermis, pero no llega a las capas más profundas. Existen diversos tamaños en función de la extensión de la lesión o la antigüedad.
Se caracteriza por tener forma de coliflor y la aparición de puntos negros que al deslaminar producen sangrado. Suelen producir dolor cuando se ejerce algún tipo de presión sobre la zona o al pellizcar.
¿Por qué se producen los papilomas?
Las verrugas plantares se producen por contagio directo, cuando el pie entra en contacto con el virus del papiloma a través de algún corte o herida en el pie. Este virus tiene un periodo de incubación de 1 a 6 meses, la humedad favorece el contagio, así como unas defensas bajas o la falta de higiene. Piscinas, duchas, gimnasios… Son sitios donde es posible contagiarse de este virus si no tenemos el cuidado adecuado.
Lo importante es conocer los principales focos de infección y extremar las precauciones para prevenir el contagio:
- Cuidado dónde pisas, evita ir descalzo en piscinas públicas, duchas o gimnasios.
- Higiene del pie, especialmente asegurar que no queden húmedos tras el baño o ducha.
- No compartas el calzado con nadie.
- Cuidado con las heridas o cortes en el pie, pueden ser una vía de entrada del virus.
- Lavarse bien las manos para evitar el contagio en caso de tocar la lesión.
¿Cuál es el tratamiento?
Existen distintas formas de tratar este tipo de infección en el pie, siempre acudiendo a un podólogo que realice el diagnóstico y establezca el tipo de tratamiento necesario. El objetivo de todos los tipos de tratamientos posibles no es otro que el de ahondar en la lesión hasta secarla por completo. Podemos diferenciar estos tratamientos:
- Quemaduras químicas, mediante ácidos (salicílico, láctico o nítrico) usados en diferentes concentraciones y dejándolo durante un tiempo estipulado para su actuación sobre la lesión. Posteriormente se realiza el raspado y curas necesarias.
- Quemadura térmica, este tratamiento se realiza a través de láser con diferentes longitudes de onda y sus posteriores curas.
- Sustancias químicas como la cantaridina o bleomicina, este tipo de tratamiento suele ser bastante agresivo pero muy efectivos, además necesitan curas estrictas debido a que provocan úlceras en la piel del pie.
- Cirugía o tratamiento con bisturí, no suele ser el más utilizado, sin embargo, cuando los demás tratamientos no funcionan es otra posibilidad para eliminar el virus.
El tipo de tratamiento lo establece el podólogo tras evaluar la gravedad, extensión de la lesión. Acudir de forma periódica a revisión puede ayudarnos a localizar y tratar este tipo de infecciones en fase inicial sin apenas complicaciones.
Para que un tratamiento sea efectivo y funcione adecuadamente, el paciente debe seguir todas las indicaciones dadas por el profesional para reducir el riesgo de infección e incrementar la efectividad del tratamiento. Además, acudir a las citas previstas mientras dure el tratamiento y para revisiones posteriores.
Aunque las verrugas plantares no presentan grandes complicaciones, son muy molestas tanto al rozarlas como a la hora de apoyar adecuadamente nuestro pie, pudiendo derivar en la aparición de otras lesiones por un mal apoyo. Detectar y tratar los papilomas es esencial para una correcta salud del pie.
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